¡Será, por qué los niños no votan?
Las decisiones que ha tomado el Gobierno Federal, que dice encabezar una Cuarta Transformación, han sido difíciles de entender para una servidora, sobre todo la disposición de reducir en un 50 por ciento el presupuesto para el Programa de Estancias Infantiles.
En mi agenda como legisladora y en mi comportamiento como funcionaria pública siempre he impulsado todo aquello que tenga que ver con el desarrollo y bienestar de la familia, y por supuesto me parece una aberración el recorte al presupuesto de este programa que atiende un sector de la población tan importante como son los infantes y su desarrollo.
No me explico cómo un programa transexenal que coordina 9 mil 374 estancias infantiles, que beneficia a más de 400 mil niños y niñas en mil 300 municipios del país, tenga que ser limitado o en su caso condenado a desaparecer. La justificación de reducir el presupuesto porque había corrupción en las Estancias Infantiles es muy simplista con un programa que tiene un impacto social y con resultados que han sido probados. Lo más grave es generalizar o estigmatizar a quienes son parte de este programa, con tal de justificar este gran error.
Si hay corrupción, la exigencia es que se castigue a los responsables con todo el peso de la ley, lo que es inadmisible es la afectación a los infantes que pueden quedar en situación de vulnerabilidad, mientras sus padres o madres –en muchos casos solteros o solteras- tienen la necesidad de ir a trabajar. El Programa de Estancias Infantiles es uno de los más exitosos y la prueba son los resultados del Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (Coneval). En su análisis del ciclo 2017 – 2018, el 94 % de los beneficiarios consideraron que éste contribuye a mejorar la calidad de vida porque pudieron mantener un empleo y acceder a servicios de cuidado y desarrollo de sus hijos.
El Gobierno Federal debe ampliar su visión para fortalecer acciones que han funcionado. No se trata únicamente de estropear acciones o programas basados en la visión de que todo lo que se ha hecho anteriormente está mal.
Tampoco se puede justificar con la limitada visión de que los abuelos cuiden a los niños, porque no todos pueden estar en condiciones de atender a los nietos o difícilmente podrán suplir el trabajo profesional. La exigencia de los Diputados Federales del PRI, es que se restablezca el presupuesto de más de 4 mil millones de pesos, para que este Programa siga funcionando y si existiera corrupción que se castigue de manera enérgica a quienes han cometido alguna falta, pero cancelar un programa que en los niños tiene un impacto positivo en el desarrollo del lenguaje y en las habilidades sociales, es sin duda un gran error.