/ martes 9 de julio de 2024

Imagen, estilo y algo más | ¡Los baches... pero de la banqueta!

Muchos de nosotros siempre nos quejamos de los famosos baches, vamos manejando el auto y les sacamos la vuelta, sin ningún problema. Ha habido ciudadanos que hasta les han llevado un pingüino o Gansito marinela con una velita celebrando su cumpleaños al bache, de un mes, de 2, de 3 y hasta de un año.

Hemos visto cómo algunos vehículos se han ponchado sobre todo en la carretera 57 ahora con las lluvias recientes, en un video que se hizo viral se contaron más de 15 coches ponchados por meterse a los famosos baches.

Hemos sido testigos como un vecino de mi cuadra en la colonia Polanco, de su cuenta propia, mandó parchar un bache a mitad de la cuadra.

También hemos visto como de la noche a la mañana se han arreglado en algunos sectores dichos hoyancos. Aprendieron, como en la CDMX, que se puede trabajar en la noche sin perjudicar el tráfico, y se ha visto cómo se pavimenta rápido.

¿Pero qué creen, amigos lectores? El año pasado tuve la necesidad de adquirir un Scooter, una silla de ruedas eléctrica y desde entonces en específico desde el pasado mes de Septiembre he andado por todos lados feliz y contenta en mi carrito.

Voy al supermercado, a las plazas comerciales, a la clínica del Seguro Social, a Manzanillo, a Colima, a Mazatlán, anduve en casi todos los eventos de campaña de nuestro alcalde Enrique Gailndo, todo en mi carrito. Causó tal sensación y se hizo tan famoso que mi amiga diputada Aranza Puente no había como bajarla de mi carrito, le encantó y se puso a dar vueltas y vueltas en un evento.

Pero no había tenido necesidad de circular aquí en nuestra ciudad por las banquetas hasta que llegó el día que me dije "me voy a ir a misa en mi carrito" y me fui por las banquetas anchas de Carranza hasta la Divina Providencia, todo iba bien hasta que llegué a la esquina de Valentín Gama, cero rampas.

Luego al llegar a lo que era la casa de los Rangel Lozano, si mucha rampa, mucha rampa, pero al cruzar y llegar al restaurante El Pata, luego luego al subir la rampa, ¿qué creen? La tapadera de una alcantarilla levantada y sí, me volteé, salieron los meseros corriendo a auxiliarme, pero gracias a Dios tengo excelentes reflejos e inmediatamente me puse de pie.

Luego aquí en mi cuadra pasando la Brotgarten (donde venden pasteles deliciosos alemanes) hay unos topes y más adelante unas banquetas tremendamente levantadas por las raíces de los árboles, y las rampas de las cocheras con escalón. ¡¡¡NO PUEDE SER!!!

Cuando una no ha tenido la necesidad de usar las banquetas no cae en la cuenta de que es de vital importancia darles una arregladita.

Como quiera mi carrito es todo terreno y sí sube ciertos espacios, pero imagínense ustedes las sillas de ruedas manuales. De ninguna manera se puede transitar por nuestras calles y banquetas de este, nuestro San Luis de la patria.

Dios quiera y se puedan rehabilitar también las banquetas para poder circular tranquilamente y evitar accidentes.

Me despido con la siguiente reflexión:

No es verdad que soy invencible...

Yo también me rompo en mil pedazos.

Solo que aprendí a hacerlo sin mucho ruido.

Y a juntar mis partes en silencio, para que nadie lo note.

Aprendí a gritar para adentro y llorar a carcajadas.

Les invito para que me sigan en mi página en Facebook Ana María Valdéz Castrejón, leeré con atención sus comentarios. ¡Que tengan una excelente semana! Bendiciones para todos ustedes, amigos lectores.