/ martes 26 de noviembre de 2024

Imagen, estilo y algo más / ¡La tradición de los Rocha y las gorditas de Morales!

Recuerdo cómo iniciaron mis idas a las gorditas de Morales. De niña trabajaba en casa una jovencita se llamaba Esperanza, hija de Don Juan Vargas y la Sra. Nachita Morales. Ahí en la vieja casa, que aún existe en el interior del parque de Morales, vivían y para ayudar a mantenerse hacían gorditas.

Después al pasar de los años mi familia y yo nos empezamos, como se dice "a aquerenciar" con Los Rocha. Recuerdo que de joven yo iba y siempre estaba presente Doña Guille y sus hijos ayudándole, Sanjuana, Amadita, Armando y muchos hijos más que no recuerdo sus nombres.

Todos profesionistas, trabajaban de lunes a viernes en sus actividades y los sábados y domingos siempre al pie del cañón preparando los guisados, torteando y atendiendo a los clientes que hacíamos fila para poder entrar a aquel lugar con Doña Guille.

Después cada quien tomó su camino, pero todos alrededor de esa memorable cuadra llena de sabor a Gorditas de Morales.

Armando se casó con Martita y recuerdo que desde siempre siempre ayudaba la pequeña Adalessa (pequeña en aquel entonces) hoy ya grande y con hijos y nietos ¡imagínese usted, amigo lector! y ella permanece ahí apoyando a sus padres.

Ese legado que Doña Guille fundó e inició, hace tantísimos años sigue presente en el desarrollo de hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.

Armando y Martita comenzaron a vender además de gorditas y sopes, carnitas deliciosas, siempre escogiendo lo mejor y las tortillas hechas a mano.

Amadita trabajaba en el Deportivo Potosino, era la que entregaba las credenciales a los socios, años duró ahí y una vez terminada su jornada laboral, se iba a su negocio con su hijo y nuera, quienes la apoyaban también a preparar las gorditas. Ahí en ese negocio Amadita me enseñó a tortear con máquina y sin máquina lo cual siempre le agradecí.

Quiero que sepan, amigos lectores, que sigo yendo los fines de semana al negocio de Don Armando Rocha, Martita y sus hijos y que desde hace 48 años siguen con el mismo sazón de antaño y que han sido copiados, pero jamás igualados.

Gracias por esas deliciosas gorditas de mole, chicharrón, papas con queso, nopalitos, los sopes especiales y los sencillos, el chorizo delicioso y que decir de los taquitos de carnitas y el buche que no puede fallar acompañado de esa salsa deliciosa y obvio de chiles toreados con sal y limón.

Les invito a las nuevas generaciones para que asistan a comer a Las Gorditas de Morales, con los Rocha, super deliciosas.

Me despido con la siguiente reflexión: La vida es como una fiesta, invitas a muchas personas; unas llegan, otras no, unas se van pronto y otras se quedan toda la noche. Algunos ríen contigo y otras se ríen de ti, y otras llegan ya muy tarde. Pero al final, después de la risa y la diversión, están los que se quedan para ayudarte a limpiar el desorden. Y la mayoría de las veces no son ni siquiera los que causaron el desorden. Esas personas son tus amigos verdaderos en la vida. ¡¡¡CUÍDALOS, QUIÉRELOS Y NUNCA LOS DEJES IR!!!

Que tengan una excelente semana y les invito para que me sigan en mi página, agradeceré sus comentarios, den like y compartan.

Facebook: Ana María Valdéz Castrejón

Recuerdo cómo iniciaron mis idas a las gorditas de Morales. De niña trabajaba en casa una jovencita se llamaba Esperanza, hija de Don Juan Vargas y la Sra. Nachita Morales. Ahí en la vieja casa, que aún existe en el interior del parque de Morales, vivían y para ayudar a mantenerse hacían gorditas.

Después al pasar de los años mi familia y yo nos empezamos, como se dice "a aquerenciar" con Los Rocha. Recuerdo que de joven yo iba y siempre estaba presente Doña Guille y sus hijos ayudándole, Sanjuana, Amadita, Armando y muchos hijos más que no recuerdo sus nombres.

Todos profesionistas, trabajaban de lunes a viernes en sus actividades y los sábados y domingos siempre al pie del cañón preparando los guisados, torteando y atendiendo a los clientes que hacíamos fila para poder entrar a aquel lugar con Doña Guille.

Después cada quien tomó su camino, pero todos alrededor de esa memorable cuadra llena de sabor a Gorditas de Morales.

Armando se casó con Martita y recuerdo que desde siempre siempre ayudaba la pequeña Adalessa (pequeña en aquel entonces) hoy ya grande y con hijos y nietos ¡imagínese usted, amigo lector! y ella permanece ahí apoyando a sus padres.

Ese legado que Doña Guille fundó e inició, hace tantísimos años sigue presente en el desarrollo de hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.

Armando y Martita comenzaron a vender además de gorditas y sopes, carnitas deliciosas, siempre escogiendo lo mejor y las tortillas hechas a mano.

Amadita trabajaba en el Deportivo Potosino, era la que entregaba las credenciales a los socios, años duró ahí y una vez terminada su jornada laboral, se iba a su negocio con su hijo y nuera, quienes la apoyaban también a preparar las gorditas. Ahí en ese negocio Amadita me enseñó a tortear con máquina y sin máquina lo cual siempre le agradecí.

Quiero que sepan, amigos lectores, que sigo yendo los fines de semana al negocio de Don Armando Rocha, Martita y sus hijos y que desde hace 48 años siguen con el mismo sazón de antaño y que han sido copiados, pero jamás igualados.

Gracias por esas deliciosas gorditas de mole, chicharrón, papas con queso, nopalitos, los sopes especiales y los sencillos, el chorizo delicioso y que decir de los taquitos de carnitas y el buche que no puede fallar acompañado de esa salsa deliciosa y obvio de chiles toreados con sal y limón.

Les invito a las nuevas generaciones para que asistan a comer a Las Gorditas de Morales, con los Rocha, super deliciosas.

Me despido con la siguiente reflexión: La vida es como una fiesta, invitas a muchas personas; unas llegan, otras no, unas se van pronto y otras se quedan toda la noche. Algunos ríen contigo y otras se ríen de ti, y otras llegan ya muy tarde. Pero al final, después de la risa y la diversión, están los que se quedan para ayudarte a limpiar el desorden. Y la mayoría de las veces no son ni siquiera los que causaron el desorden. Esas personas son tus amigos verdaderos en la vida. ¡¡¡CUÍDALOS, QUIÉRELOS Y NUNCA LOS DEJES IR!!!

Que tengan una excelente semana y les invito para que me sigan en mi página, agradeceré sus comentarios, den like y compartan.

Facebook: Ana María Valdéz Castrejón