Primera de dos partes
En la era del streaming, las redes sociales y la publicidad altamente segmentada, surge una pregunta crucial: ¿siguen siendo relevantes los comerciales del Super Bowl a pesar de su desorbitante costo? Durante décadas, estos anuncios han sido el centro de atención durante el evento deportivo más grande de Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo donde la atención del consumidor es más fragmentada que nunca, surge la incertidumbre sobre si los comerciales del Super Bowl siguen siendo una inversión justificable o si representan una reliquia del pasado en la era digital.
El costo de un comercial de 30 segundos durante la transmisión del Super Bowl alcanzó la cifra impresionante de 7 millones de dólares en el último evento realizado el 11 de febrero, según confirmó El CEO. Entre los anunciantes destacados estuvieron “los sospechosos comunes”: cerveceras, comida rápida, aseguradoras y armadoras de vehículos. Uno de los comerciales más recordados, según la opinión general y de acuerdo a medios de información estadounidenses, fue el de Dunkin Donuts. Este spot contó con la participación estelar de celebridades de renombre como Jennifer Lopez, Ben Afflek, Matt Damon y Tom Brady. La inclusión de este elenco de estrellas sugiere no solo un alto desembolso para la transmisión del comercial, sino también una considerable inversión en la producción y la contratación de talento.
Se sabe que el precio de transmisión de los comerciales tuvo un aumento del 27% con respecto al año anterior, evidenciando la creciente inversión que las marcas están dispuestas a hacer para asegurar su presencia en el evento más vistos del año en Estados Unidos ¿A qué se atribuye tal aumento? La respuesta se relaciona con la expectativa de audiencia. El Super Bowl 2024 alcanzó alrededor de 115 millones de espectadores, estableciendo una nueva marca en términos de alcance y popularidad. ¿Qué hay de nuevo en la NFL que atrajo a tantos espectadores? ¿Fueron los equipos en la contienda? ¿El espectáculo de medio tiempo? No, estas variables, si bien han influido en el interés del público en ocasiones anteriores, no son las principales responsables este año. La asombrosa afluencia de espectadores se atribuye, en gran medida, a la presencia de un personaje que poco tiene que ver con el fútbol y mucho más con el entretenimiento: la cantante Taylor Swift. Su presencia en una suite VIP del estadio catapultó el evento a niveles de audiencia sin precedentes.
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Afiliación
La autora, María Lucila Osorio, es profesora investigadora en EGADE Business School y dirige el grupo de investigación del área temática de Retail de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey
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