La verdad absoluta no existe socialmente hablando, pues se tiene que construir entre todos, cada día y de acuerdo en el dinamismo que cambia cada minuto. El rezago es enorme, ya que el tiempo que nos ha ganado la egolatría, la avaricia y la soberbia del ser humano, nos ha maltratado mucho.
En tiempos de conquistas de espacios públicos y de avances en posturas sociales,
hablar de las mujeres, es complicado pues es necesario hacerlo en forma apropiada y haber aprendido hacerlo desde el respeto y reconocimiento en una nueva cultura, su potencial social como una esperanza de cambiar la terrible realidad de la que cada día nos quejamos.
Estamos ya, en la última semana de este año que estoy seguro nos ha causado mucho dolor en la violencia, con muertes, feminicidios y, desapariciones. Igualmente, en la salud, en la economía y con duros retrocesos como sociedad. Polarizados, enojado, muy peleados entre nosotros mismos los mexicanos y en ocasiones en corredores sociales muy obscuros, así nos encontramos al fin de año.
Las cuentas positivas son muy pocas en nuestra República, distinguidas por un dominio varonil durante muchos años, pero que, renace la esperanza con el avance de espacios de conquista y, reconocimiento por las mujeres. Equilibrios es lo que se necesita en cualquier sociedad que intenta vivir civilizadamente.
La capacidad que han demostrado las mujeres, ha hecho que se despejen los caminos que tenían enormes resistencias para detenerlas, pero que, ellas, fueron avanzando en el tema público, pero igualmente y social, ademas, en cualquier especialidad de la vida cotidiana.
Creo con certeza que, el momento de ellas ha sido siempre pero, los cambios siempre encuentran obstáculos y, o, traiciones y, estas se dan, tanto entre ellas como ellos. Nuestra relación gregaria, necesita nuevas formas de trato, independientemente de los cambios en las leyes, tendremos que buscar ser verdaderos ciudadanos de primera y no de segunda o, tercera clase, que nos tienen como estamos: mal.
En esa búsqueda, estamos todos, mujeres y hombres, con el deseo de respeto y encontrar solidariamente equilibrios con responsabilidad de conjunto. Otras formas, fuera de lo que nos sirve a todos, irremediablemente seguiremos fracasando como sociedad mexicana.
El sufrimiento de las mujeres en la vía de emancipación social, literalmente les ha costado vidas y, últimamente las cifras de feminicidios ha crecido, no solo en brutalidad, igualmente en número, haciéndose víctimas de los agresores, pero también, de la impunidad que sigue creciendo.
Las conquistas de ellas, seguro estoy, seguirán creciendo, esperando que este año que termina lo haga ya, sin más dolor para ellas, pero también para ellos, nosotros los hombres; que el año que está por iniciar, venga con enormes entendimientos sociales, vamos, entre los seres humanos que nos interesa tener un País a nuestro cargo y decidiendo nuestro destino, entre mujeres y hombres, en equilibrios, siempre buscando respeto y el bien común.
@jaimechalita