/ lunes 12 de octubre de 2020

Espacio de reflexión

Seguro estoy que históricamente nuestra “democracia” ha sido creada con vicios por los mismos que se han encargado de hacer las leyes pero, igualmente, por cómplices desde la ciudadanía que han contribuido.

Este fenómeno es el que muchos, entre los que opinan, le llaman cultura política, con lo cual no coincido en lo general. Quizás la flojera, la indisciplina, la falta de honradez y el no querer salir, entre mucho de lo que hacemos, de nuestra zona de confort, la mala fe nos ha hecho, en un sector de la población, entrar el vicio del querer resaltar por causa de la envidia, la mezquindad de ser más que los demás sin esfuerzo, venciendo la ley y creando impunidad.

Me niego a pensar qué tal cultura, especialmente hablando de corrupción e impunidad, sea para gente humilde quienes apenas tienen, literalmente para comer, aunque luego, podrían acudir forzosamente por hambre, a quienes en abuso de los poderosos, los hagan víctimas de prácticas que ellos mismos, han creado, pero igualmente, mantenido e impulsado, para que a través de ello se mantengan en el poder de lo público, a expensas de la pobreza.

Pero, ¿de verdad existe la democracia en nuestro País? O, ¿simplemente es la generadora de ricos en Mexico? De acuerdos y coyunturas a espaldas del Pueblo bueno y sabio y, lo digo por casi todos, quienes han administrado nuestro País, estados y, municipios.

Así el ejercicio de la política mexicana y, quizás de otros países, se ha convertido en el arte de quedarse con el dinero público y lo que se inventa en nombre del combate en contra de la corrupción, ha hecho que obras, proyectos, reformas, de un país que se ha construido con el trabajo de todos, sean derrumbados impunemente.

Nuestra Constitución, la Carta fundamental de nuestra Republica dice: Art. 40 de nuestra Constitución Política Mexicana enuncia claramente que : Es voluntad del pueblo mexicano, constituirse en una Republica representativa, democrática, laica federal, compuesta de Estados liberes y soberanos todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federacion establecida según los principios de esta ley fundamental.

Es una organización que atribuye la titularidad del poder al conjunto social y no más, pero quien es el mandatario, es decir el que obedece, en realidad usa su poder para mentir, fingiendo que es el pueblo quien manda y, con esa mentira la venganza aparece al destruir, en nombre del pueblo, cuanto fue construido por manos de mujeres y hombres de nuestro País, solo porque no es la obra de un sexenio.

¿Donde quedaron, si es que ya se acabó la corrupción, aquel ahorro de 500 mil millones de pesos según el cálculo de campaña, que era lo que nos costaba la corrupción? ¿Existía tal cantidad? O solo era un enunciado.

Combatir la corrupción es algo, quienes los que amamos este gran País, nos sumamos pero, de verdad y no sólo de palabra a cada momento y cada día. Corrupción no sólo es robar, también mentir, descalificar, burlarse usando el poder.

México vive más y fuerte, el sufrimiento no se acaba, pero somos tus hijos quienes agradecidos de nuestra

Seguro estoy que históricamente nuestra “democracia” ha sido creada con vicios por los mismos que se han encargado de hacer las leyes pero, igualmente, por cómplices desde la ciudadanía que han contribuido.

Este fenómeno es el que muchos, entre los que opinan, le llaman cultura política, con lo cual no coincido en lo general. Quizás la flojera, la indisciplina, la falta de honradez y el no querer salir, entre mucho de lo que hacemos, de nuestra zona de confort, la mala fe nos ha hecho, en un sector de la población, entrar el vicio del querer resaltar por causa de la envidia, la mezquindad de ser más que los demás sin esfuerzo, venciendo la ley y creando impunidad.

Me niego a pensar qué tal cultura, especialmente hablando de corrupción e impunidad, sea para gente humilde quienes apenas tienen, literalmente para comer, aunque luego, podrían acudir forzosamente por hambre, a quienes en abuso de los poderosos, los hagan víctimas de prácticas que ellos mismos, han creado, pero igualmente, mantenido e impulsado, para que a través de ello se mantengan en el poder de lo público, a expensas de la pobreza.

Pero, ¿de verdad existe la democracia en nuestro País? O, ¿simplemente es la generadora de ricos en Mexico? De acuerdos y coyunturas a espaldas del Pueblo bueno y sabio y, lo digo por casi todos, quienes han administrado nuestro País, estados y, municipios.

Así el ejercicio de la política mexicana y, quizás de otros países, se ha convertido en el arte de quedarse con el dinero público y lo que se inventa en nombre del combate en contra de la corrupción, ha hecho que obras, proyectos, reformas, de un país que se ha construido con el trabajo de todos, sean derrumbados impunemente.

Nuestra Constitución, la Carta fundamental de nuestra Republica dice: Art. 40 de nuestra Constitución Política Mexicana enuncia claramente que : Es voluntad del pueblo mexicano, constituirse en una Republica representativa, democrática, laica federal, compuesta de Estados liberes y soberanos todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federacion establecida según los principios de esta ley fundamental.

Es una organización que atribuye la titularidad del poder al conjunto social y no más, pero quien es el mandatario, es decir el que obedece, en realidad usa su poder para mentir, fingiendo que es el pueblo quien manda y, con esa mentira la venganza aparece al destruir, en nombre del pueblo, cuanto fue construido por manos de mujeres y hombres de nuestro País, solo porque no es la obra de un sexenio.

¿Donde quedaron, si es que ya se acabó la corrupción, aquel ahorro de 500 mil millones de pesos según el cálculo de campaña, que era lo que nos costaba la corrupción? ¿Existía tal cantidad? O solo era un enunciado.

Combatir la corrupción es algo, quienes los que amamos este gran País, nos sumamos pero, de verdad y no sólo de palabra a cada momento y cada día. Corrupción no sólo es robar, también mentir, descalificar, burlarse usando el poder.

México vive más y fuerte, el sufrimiento no se acaba, pero somos tus hijos quienes agradecidos de nuestra

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