Se termina este mes de septiembre, el mes que dedicamos a celebrar nuestra Independencia pero que ojalá, fuese todos y cada uno de nuestros días,el demostrar nuestro amor por esta Patria que nos da un hogar común y entonces entender cómo y quienes dieron sus vidas por nuestra Independencia Mexicana.
Un día más que, en el querer olvidar nuestros males, celebramos una gran ilusión que alimenta las almas de los compatriotas nuestro México y, queriendo festejar, y creo que con enorme júbilo, la arenga que nos dio, históricamente, nuestra libertad, en contra del mal gobierno, gritaba el Cura de Dolores. Hoy, verdaderamente en peligro.
Debo de referirme al propio término independiente, desde la adopción de la libertad y luego encuadrarlo en la globalización que hemos vivido desde hace muchos años y que ocasiona interdependencia en la comunidad internacional, hoy despreciada según conveniencias.
La libertad en el sentido más amplio, es la capacidad humana de actuar según la propia voluntad. Pero este estado que ubica a las personas en la búsqueda de la verdadera libertad, toma absolutamente sentido, en el intelecto de cada quien y solamente ahí. Una cosa es la que se piensa con entera libertad, otra es la que se dice cuidando a quien y, cómo se dice evitando lastimar sensibilidades, pero también, diferente es el resultado cuando llegan las acciones desprendidas de ideas y palabras, tendrán, necesariamente entrar en el consenso colectivo.
La interdependencia social nos pone en la prioridad del cumplimento de nuestras obligaciones, antes de exigir nuestras libertades, las mismas que se traducen en derechos. Así, habría entonces, que cumplir con nuestras obligaciones, cívicas y sociales para luego exigir nuestros derechos.
La libertad absoluta en lo colectivo no existe, tiene que haber entendimiento en el
marco de la ley que es la misma que aplicaría para todos por igual. Hoy la aplicación de la norma general que se respalda en la Constitución de México, parece que está al advirtió de las consultas populares y desde luego que el fantasma del linchamiento físico y político ya ha sido una realidad en nuestra sociedad, lo cual es una pésima noticia para la ciudadanía.
La globalización a ocasionado, para bien o para mal, según se vea, que seamos, como somos y, es un hecho, interdependientes entre las sociedades de los diferentes países y ha estrechado a la humanidad en el mundo. Sustraerse a ello es un discurso estéril pues muchos ejemplos hay, de esta generación de relaciones. Hoy absolutamente a partir del espacio cibernético.
Hoy nuestras libertades que consagra la Constitución y, que son conquistas del
Pueblo, están verdaderamente en peligro.
El discurso de que todos pueden decir y hacer lo que quieran, no funciona. La anarquía se está instalando en Mexico y es un elemento para dividir y confrontar la vida en conjunto para que todos entremos en peleas y distraernos, mientras quienes gobiernan avanzan en sus intereses para instalar un gobierno absolutista y con un dueño que dicta lo que se tiene y debe hacer.
Nunca más, reza la frese que se usa cuando no se quiere que siga pasando tal o cual situación, así, en este momento sería bueno usarla. Nunca más una sociedad confrontada, en la que, al distraernos, nos olvidamos del bien que nos conviene, no es bueno para la misma sociedad. Restablecer la salud, reactivar la economía, ver por nuestra seguridad, recuperar y, traer a nuestros días la educación que se ha quedado en el siglo pasado, como consecuencia de hechas abajo la reforma del sexenio pasado y que había llegado tarde pues debería ser más agresiva y modernista, pero desde luego, para que esto suceda, tendríamos que recuperar, a través de las urnas, la verdadera división de poderes en el Congreso de la Unión. La oportunidad por la que se pelea ahora, quienes viven del erario público, es el próximo año y, será la hora del ciudadano decidiendo el futuro de nuestra Patria, la cual debería permanecer consagrando a su gente en libertad.
Twitter: @jaimechalita