A lo largo de la historia, han existido muchos ciclos económicos desfavorables que han dado espacio para la preparación e interpretación, pero actualmente vivimos un momento inesperado con las decisiones políticas.
Al escuchar la palabra recesión la relacionamos con cuestiones de macroeconomía. Es posible que la asociemos con factores económicos que influirán negativamente en nuestras finanzas.
Por ello, es necesario conocerlos para prevenir un posible daño a nuestras finanzas personales y empresariales. Y es que cabe la posibilidad que el próximo año suceda esto.
En una recesión se afectan todos los factores productivos por igual: las empresas, los trabajadores, los consumidores y clientes de los bienes y servicios, sufrirán en mayor o menor grado las consecuencias de las restricciones o pérdidas.
El aumento en la demanda de bienes y la inapropiada satisfacción en tiempo y calidad, aumenta el costo de adquisición y afecta nuestro consumo.
Los precios de los artículos aumentan y los costos totales de nuestros consumos se incrementan.
La posibilidad de aprovechar nuestra disposición de excedentes de capital, se reduce.
La posibilidad de acceso a tecnologías de punta o equipos especializados, se dificulta o se hacen inaccesibles.
Nuestras oportunidades de crecimiento personal se dificultan.
¿Cómo podemos prevenirnos en caso de una recesión?
Es necesario, no solamente conservar el empleo, sino aumentar nuestra productividad al mismo tiempo y conservar o incrementar la calidad de los productos elaborados y/o servicios proporcionados. Así como buscar paralelamente otra actividad que genere ingresos.
El ahorro y la inversión inteligente de nuestros recursos nos ayudarán a sortear los efectos de una recesión en nuestro patrimonio.
Un gasto ordenado y racional, así como un presupuesto personal balanceado se aplica exitosamente a los individuos y a las empresas.
Durante una recesión lo recomendable es no endeudarse y tratar, en la medida de lo posible, de ahorrar.
Las recesiones pueden ayudar y premiar a quienes siempre son disciplinados financieramente. En contraparte, perjudicarán a quien nunca tuvo cuidado y siempre se endeudó de forma descontrolada.
Crear un fondo de emergencias, obtener ingresos extras y limitar el uso del crédito son otras recomendaciones que también pueden seguir los usuarios en caso de una crisis o recesión.
En reiteradas ocasiones en este espacio hemos hecho hincapié en contar con un fondo de emergencias. En caso de no tener uno, se puede empezar a ahorrar 10% de los ingresos.
En una recesión se afectan todos los factores productivos por igual: las empresas, los trabajadores, los consumidores y clientes de los bienes y servicios, sufrirán en mayor o menor grado las consecuencias de las restricciones o pérdidas.