/ viernes 11 de octubre de 2024

Entorno Empresarial | Consumidores en cautela

La cautela económica es una estrategia que se adopta para recomponer la economía de un país tras un periodo de riesgo de recesión.

En este contexto, la cautela es fundamental para recuperar el rumbo económico.

En el caso de México, la cautela económica se ha reflejado en la incertidumbre sobre la posibilidad de un cambio en la política, lo que podría desacelerar la inversión y generar cautela.

Algunos de los factores que se han considerado en el análisis de la cautela económica en México son:

Las altas tasas de interés por más tiempo

La evolución del consumo e inversión

Las exportaciones

La incertidumbre sobre la posibilidad de un cambio en la política

En cuanto a la bolsa, se ha planteado que es importante que se vea como un vehículo para canalizar recursos de ahorro a los proyectos que se van a desarrollar

El entorno de la inflación, las disrupciones económicas, la preocupación por la sostenibilidad y conflictos geopolíticos han puesto a los consumidores en cautela.

La cautela y la precaución por parte de las familias en relación con los gastos es muy evidente. Además, la inquietud y la pérdida del poder adquisitivo retrae el consumo masivo.

En general, todos los elementos determinan un menor consumo, que genera una retracción general en la economía.

La demanda agregada apenas ha reaccionado vía las exportaciones, aunque estas no alcanzan para motorizar una recuperación general de la actividad.

A los temas económicos, las familias y las empresas suman ahora la incógnita política sobre qué sucederá con el proyecto del Gobierno y sobre la actitud propensa a generar proyectos que rompen el equilibrio en las cuentas públicas.

Todos los Estados y los sectores económicos suman reclamos que, en buena medida, se traducen en mayores erogaciones del Gobierno de la Republica.

La cuesta de enero de 2025 será más pesada, pues se prevé mayor incertidumbre económica y recuperación lenta; por ello, es aconsejable que las familias destinen parte de su aguinaldo a un fondo de emergencia y sean prudentes en sus gastos.

De cara al fin de año se tendrán mayores ingresos por el aguinaldo o bonos; sin embargo, se requiere racionalizar el consumo: analizar qué cosas pueden reutilizarse, qué gastos aplazar.

Estamos en un escenario de incertidumbre, ahora acentuada, y no hay una visión clara de lo que pasará en términos de crecimiento, empleo y consumo

En el país, hay poca cultura del ahorro; se calcula que sólo 37 por ciento de las familias planea sus gastos, debido a que gran parte de la población trabaja en la economía informal y otra no tiene capacidad de ahorro.

Por ello, es primordial gastar menos de los ingresos que se obtienen.

Aunque suele recomendarse el incremento de compras y consumo para reactivar las economías, es importante estudiar cuáles son los ingresos familiares.

La cautela económica es una estrategia que se adopta para recomponer la economía de un país tras un periodo de riesgo de recesión.

En este contexto, la cautela es fundamental para recuperar el rumbo económico.

En el caso de México, la cautela económica se ha reflejado en la incertidumbre sobre la posibilidad de un cambio en la política, lo que podría desacelerar la inversión y generar cautela.

Algunos de los factores que se han considerado en el análisis de la cautela económica en México son:

Las altas tasas de interés por más tiempo

La evolución del consumo e inversión

Las exportaciones

La incertidumbre sobre la posibilidad de un cambio en la política

En cuanto a la bolsa, se ha planteado que es importante que se vea como un vehículo para canalizar recursos de ahorro a los proyectos que se van a desarrollar

El entorno de la inflación, las disrupciones económicas, la preocupación por la sostenibilidad y conflictos geopolíticos han puesto a los consumidores en cautela.

La cautela y la precaución por parte de las familias en relación con los gastos es muy evidente. Además, la inquietud y la pérdida del poder adquisitivo retrae el consumo masivo.

En general, todos los elementos determinan un menor consumo, que genera una retracción general en la economía.

La demanda agregada apenas ha reaccionado vía las exportaciones, aunque estas no alcanzan para motorizar una recuperación general de la actividad.

A los temas económicos, las familias y las empresas suman ahora la incógnita política sobre qué sucederá con el proyecto del Gobierno y sobre la actitud propensa a generar proyectos que rompen el equilibrio en las cuentas públicas.

Todos los Estados y los sectores económicos suman reclamos que, en buena medida, se traducen en mayores erogaciones del Gobierno de la Republica.

La cuesta de enero de 2025 será más pesada, pues se prevé mayor incertidumbre económica y recuperación lenta; por ello, es aconsejable que las familias destinen parte de su aguinaldo a un fondo de emergencia y sean prudentes en sus gastos.

De cara al fin de año se tendrán mayores ingresos por el aguinaldo o bonos; sin embargo, se requiere racionalizar el consumo: analizar qué cosas pueden reutilizarse, qué gastos aplazar.

Estamos en un escenario de incertidumbre, ahora acentuada, y no hay una visión clara de lo que pasará en términos de crecimiento, empleo y consumo

En el país, hay poca cultura del ahorro; se calcula que sólo 37 por ciento de las familias planea sus gastos, debido a que gran parte de la población trabaja en la economía informal y otra no tiene capacidad de ahorro.

Por ello, es primordial gastar menos de los ingresos que se obtienen.

Aunque suele recomendarse el incremento de compras y consumo para reactivar las economías, es importante estudiar cuáles son los ingresos familiares.