Lucas 18:1-8
Por Víctor Hugo Guel González
En el evangelio de Lucas 18:1-8, Jesús presenta una enseñanza sobre la importancia de la perseverancia en la oración a través de la parábola del juez injusto. Este pasaje nos revela varios aspectos clave sobre cómo debemos orar y qué actitud debemos mantener al hacerlo.
Jesús inicia la parábola con una clara instrucción: “Les refirió una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar”. Aquí, la exhortación es doble: la constancia en la oración y la resistencia al desánimo. En nuestras vidas, enfrentamos desafíos que pueden hacernos sentir sin esperanza. Sin embargo, Jesús nos anima a mantenernos firmes en la oración, confiando en que Dios escucha nuestras peticiones.
En la parábola, Jesús describe a un juez que “no teme a Dios ni respeta a los hombres”. Una viuda, símbolo de vulnerabilidad y desamparo, acude repetidamente a este juez en busca de justicia. Aunque inicialmente el juez se niega a ayudarla, la insistencia de la viuda lo lleva finalmente a conceder su petición para evitar ser molestado continuamente.
Este relato destaca la persistencia de la viuda como un ejemplo a seguir. A pesar de enfrentarse a un juez indiferente, ella no se da por vencida. Del mismo modo, nosotros debemos persistir en nuestras oraciones, incluso cuando las respuestas no son inmediatas. La perseverancia es una demostración de nuestra fe y confianza en Dios.
Jesús contrasta al juez injusto con Dios, quien es justo y compasivo. Si un juez injusto responde a la insistencia de una viuda, ¿cuánto más nuestro Padre celestial responderá a sus escogidos que claman a Él día y noche? Jesús asegura que Dios hará justicia prontamente. Esta promesa nos brinda consuelo y esperanza, recordándonos que Dios no es indiferente a nuestras súplicas.
Al final de la parábola, Jesús plantea una pregunta crucial: “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8). Esta interrogante nos invita a meditar sobre nuestra fe. La perseverancia en la oración está profundamente ligada a la fe. Orar constantemente demuestra nuestra confianza en que Dios es capaz y está dispuesto a intervenir en nuestras vidas. La fe no solo nos sostiene en la espera, sino que también fortalece nuestra relación con Dios.
La parábola del juez injusto nos enseña valiosas lecciones sobre la oración. Jesús nos llama a orar siempre y a no desanimarnos, subrayando la importancia de la perseverancia y la fe. A través del ejemplo de la viuda, aprendemos que la insistencia en la oración no es en vano, ya que Dios es un juez justo que escucha y responde a nuestras peticiones.
En un mundo lleno de dificultades, esta enseñanza nos ofrece una guía clara: mantenernos firmes en la oración, confiando en la justicia y la bondad de Dios. Que este pasaje nos lleve a fortalecer nuestra vida de oración, sabiendo que nuestro Padre celestial está atento a nuestras súplicas y es fiel para responder a su debido tiempo.