Isaías 55:10-11
Por Víctor Hugo Guel González
Dice en Isaías 55:10-11 “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Gracias a Dios que tenemos su Palabra; hoy más que nunca necesitamos sus promesas y sus verdades. Dice en el Salmo 119:105 “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”.
Quiero mencionar tres verdades por las cuales necesitamos de la Palabra de Dios. Primeramente, por lo que dice en 1 Pedro 5:8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”; podemos ver cómo el diablo de manera activa, siempre está buscando como atacarnos; y si algo nos va a tener sobrios y velando, es tomando en cuenta las advertencias de la Palabra acerca del enemigo. Dice en Efesios 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”; nuevamente somos advertidos que Satanás y sus ejércitos están dispuestos a lastimar y destruir nuestra vida, matrimonio y familia; y lo que nos va a ayudar en esta batalla espiritual, es estar constantemente atentos a la Palabra de Dios. En Juan 10:10 “ El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”; el ladrón es el diablo, y si nos descuidamos, él va a cumplir su cometido, de allí la importancia de no descuidar nuestra relación con la bendita Palabra de Dios.
Otra razón por la cual debemos estar atentos a la Palabra de Dios, es por nuestra humana debilidad. Dice en Mateo 26:41 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. No importa cuanto tiempo tengamos conociendo las cosas de Dios; lo cierto es que nuestra carne sigue siendo débil y vulnerable al pecado, a la tentación. Dice en Mateo 4:4 “Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”; así como necesitamos el alimento físico para estar saludables, para poder estar fortalecidos espiritualmente, necesitamos el alimento espiritual que viene por la Palabra de Dios.
Finalmente, otra razón es la influencia de este mundo; dice en 1 Juan 2:15-17 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. Este mundo es atractivo y seduce; pero nuevamente lo que nos va a guardar de ser arrastrados por la corriente de ideologías y pensamientos mundanos, es ser guardados con la verdad de la preciosa Palabra de Dios.
Oh, que el Señor nos ayude a vivir de esa manera. ¡Amén!