CHIQUERO.- Tras divulgarse que un agente de la Policía de Investigación asignado a la zona Huasteca que presentó un supuesto cuadro de Covid-19 fue confinado a un literal chiquero —cuya fotografía fue divulgada por redes sociales—, el fiscal Federico Garza Herrera no tardó en responsabilizar a su administradora Norma García Rodríguez de ser quien habría ordenado el envió del elemento a un cuartucho de una caseta policial. Luego del escándalo, se le trasladó a instalaciones presuntamente dignas.
INDOLENCIA.- Sin embargo, el incidente terminó por destapar la indolencia al interior de la Fiscalía General del Estado, la famosa FIGE, cuyos empleados estaban a la deriva en materia sanitaria. Resultó, pues, que los promocionales en los que se ve a Garza Herrera presumiendo la atención a los ordenamientos derivados de la pandemia, son puro cuento. Y el serial de empleados contagiados lo demuestra.
PRUEBAS.- Tuvo que ser el diputado Edgardo Hernández Contreras, quien tomó al toro por los cuernos y solicitó, directamente, a la doctora Mónica Liliana Rangel, que se apliquen pruebas de Covid-19 a todos y cada uno de los elementos en activo de la famosa FIGE.
CUICOS.- Las cosas no mejoran en la policía de Edgar Oswaldo Jiménez Arcadia e, igual como le sucedió en León, Guanajuato, parece haber perdido ya el control de la corporación municipal; su trillado comunicado de que los elementos que actúen indebidamente “serán sancionados conforme a la Ley” ni su vocería se lo cree.
ASUNTOS INTERNOS.- Queda demostrado que los “cuicos” municipales —como ocurrió este fin de semana al ser acusados del robo de varios miles de pesos a un constructor—, no respetan al jefe policiaco y, semana tras semana, protagonizan incidencias cuyas “carpetas de investigación” se acumulan en los escritorios de la Unidad de Asuntos Internos.